La población mundial envejece. Tanto es así, que este hecho se convertirá en una de las trasformaciones sociales más significativas del siglo XXI. Sus consecuencias afectan a casi todos los sectores de la sociedad, desde el mercado laboral y financiero, hasta la estructura familiar o la demanda de bienes y servicios.

No cabe duda de que este cambio demográfico supone un importante reto, pero también una oportunidad que trata de sacar partido a este nuevo nicho de mercado. ¿Cómo atender las necesidades de un sector cuya esperanza de vida va en aumento y que demanda unas garantías de calidad en sus años venideros? La respuesta la encontramos en la ‘silver economy’.

Definición de silver economy

‘Silver economy’ o economía de la plata es la actividad económica basada en un target de más de 65 años. Es decir, aquella que se orienta de forma específica a satisfacer las demandas de las personas mayores y sus familias (que son los encargados de su cuidado), con el objetivo de convertir el envejecimiento de la población en una oportunidad de negocio.

No parece extraño que, con las previsiones poblacionales que se manejan, la ‘silver economy’ sea considerada por muchos expertos como la economía del futuro y que incluso la Comisión Europea la considere como una de sus prioridades más importantes.

Para organizar las necesidades de este segmento, el organismo europeo diferencia tres grandes grupos: los mayores frágiles, activos y dependientes:

  • Frágiles: se engloban todos aquellos que necesitan de servicios asistenciales.
  • Activos: los mayores susceptibles de demandar servicios y productos relacionados con el tiempo libre.
  • Dependientes: mayores que demandan cuidados y a los que se destinan un sinfín de actividades derivadas, como telemedicina, robotización, etc.

Mayores de 65: un sector de población que va en aumento

Según datos del informe Perspectivas de la población mundial 2019 publicado por las Naciones Unidas, en 2050 una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años (en 2019 es una de cada once), y el número de mayores de 80 años se triplicará, pasando de los 143 millones actuales a un total de 426 millones.

Este futuro próximo que ya estamos empezando a percibir (de hecho, en 2018, por primera vez en la historia los mayores de 65 superaron en número a los menores de 5 años) supone la necesidad de adaptarse a este segmento poblacional tan importante en forma de nuevos negocios que den respuesta a sus demandas. Y eso es, precisamente, la ‘silver economy’, el sector que se dedica a la producción de productos y servicios para la tercera edad.

Nuevas oportunidades de negocio

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La ‘silver economy’ abre un abanico de posibilidades y nuevas oportunidades de negocio enfocadas a los mayores. El sector del ocio y el tiempo libre es uno de los que más se están adaptando a esa nueva realidad. Bien es cierto que la tercera edad es, a día de hoy, un grupo que consume servicios relacionados con el turismo.

Pero la apuesta es ir más allá: orientarse a un turismo más activo; ofrecer servicios añadidos en el avión, el tren o el autobús; transformar las actividades relacionadas con el cuidado y el bienestar, etc.

Otros de los sectores que más se beneficiarán de la ‘silver economy’ son el farmacéutico, el inmobiliario o el tecnológico. Los mayores quieren seguir siendo independientes. Para ello, las construcciones deben ser más eficientes en cuanto a espacios, domótica y otras mejoras en accesibilidad y seguridad, de manera que estén más adaptadas a sus necesidades.

También serán más independientes gracias a la tecnología, con dispositivos móviles adaptados, prótesis robóticas o vehículos inteligentes que les permitan seguir conduciendo.

En definitiva, la ‘silver economy’ busca ofrecer productos y servicios mucho más especializados y concretos, como en el campo de las finanzas y seguros, donde la prioridad es gestionar el patrimonio de manera que la rentabilidad obtenida les garantice poder mantener su nivel de vida.