Puede ser consecuencia de un despido o por una elección personal, pero lo cierto es que muchas personas en ambos casos sienten miedo a cambiar de trabajo. El motivo no es otro que la dificultad de algunas personas a asumir los cambios, porque ello implica modificar la situación actual y bucear en un mar de incertidumbres y dudas. Es decir, salir de las rutinas y el orden actual para pasar a una vida nueva que, a priori, no se sabe si será mejor o peor.

El miedo al cambio

Heráclito afirmaba que nadie puede bañarse dos veces en el mismo río, pues la segunda vez que lo hace el agua ya no es la misma. No podemos por tanto llamar con el mismo nombre a un objeto que, en rigor, es diferente. Por ello, sostenía que la razón es ficticia, porque trata de atrapar la realidad con conceptos e ideas para estabilizarla, pero es un intento vano e ilusorio.

Debemos aceptar el cambio tal y como es, y amoldar nuestra mente al hecho de que no seremos capaces de captar la realidad mientras sigamos atados a la razón y sus categorías petrificadas.

A pesar de las palabras del filósofo griego, el miedo al cambio es algo intrínseco a la naturaleza humana, más aún cuando tiene que ver con la carrera profesional. Es necesario entender que este temor es normal, pero es importante estar atento a él y tener la capacidad suficiente para identificar y reconocer cuándo se convierte en un obstáculo a la hora de alcanzar una situación o un trabajo mejor.

Además, en la carrera profesional de una persona cada vez es más difícil encontrar un trabajo para toda la vida. De hecho, un estudio realizado por el Instituto McKinsey asegura que los millennials tendrán once empleos diferentes a lo largo de toda su vida, lo que supone muchos cambios y miedos a los que enfrentarse. Por eso, en el panorama actual conviene estar mentalmente preparado para luchar contra el miedo a cambiar de trabajo. Pero, ¿cómo? Te lo contamos.

Tipos de miedo al cambio

A la hora de afrontar un cambio, surgen miedos e inseguridades que adquieren formas diferentes. Por eso, antes de saber qué hacer ante una situación así, es importante ponerle nombre a lo que está pasando.

  • Miedo a lo desconocido. Es el temor más primario, el que impide tolerar la incertidumbre. En un mercado laboral como el actual, este miedo resulta poco productivo, ya que hace que la persona se estanque y evite situaciones mejores con tal de seguir sintiéndose seguro. En el lado opuesto se encuentran los emprendedores, ese tipo de profesionales que se tiran al vacío sin saber si hay red y que deben tomar decisiones arriesgadas a la fuerza.
  • Comodidad. Lo fácil es quedarse en un trabajo que se domina y que no implica grandes retos. Pero esta posición es perjudicial para la salud, ya que la rutina hace que la vida pierda emoción. Además, superar retos incrementa el nivel de autoestima y seguridad de una persona, aumenta su creatividad y, según los expertos, es una parte importante en el desarrollo personal.
  • Miedo a no dar la talla. Es, quizá, el temor más consciente. Está muy relacionado con la falta de autoestima y suele desencadenarse cuando hay que asumir un puesto de más poder o responsabilidad. La reputada psicóloga social estadounidense Amy Cuddy, autora de la teoría de la presentación de poder, asegura que, cuando nos enfrentamos a una situación estresante, nuestro comportamiento puede alterar los niveles cerebrales de testosterona y cortisol e incluso mejorar nuestras probabilidades de éxito. Suya es la frase fake it until you make it, es decir, finge hasta que lo consigas.

Cómo perder el miedo a cambiar de trabajo

Ante un cambio de trabajo, hay que hacerse siempre cuatro preguntas básicas:

  • ¿Cuál es mi objetivo?
  • ¿Qué tengo que cambiar en mi vida para conseguirlo?
  • ¿Qué riesgos corro?
  • ¿Valdrá la pena?

Si respondes sí a la última pregunta, adelante. No hay que olvidar que los cambios pueden ser buenos o malos dependiendo de la actitud que se tenga ante la vida. Si ésta es la correcta, los cambios son siempre buenos.

Una de las frases de miedo al cambio que pueden servir de inspiración para seguir adelante es: podemos cambiar nuestras vidas. Podemos ser, hacer y tener exactamente lo que queramos. Pero para conseguirlo, es necesario poner en práctica lo siguiente:

  • Entrénate para los cambios. Empieza por modificar pequeñas cosas en tu día a día y experimenta esa sensación de superación. Esta práctica te ayuda a fortalecerte ante los cambios que vendrán en el futuro, pero si te guías por un patrón cerrado, los cambios que lleguen serán vistos como desbordantes.
  • Vive en el ahora. La ansiedad que genera un cambio de trabajo se basa en la inseguridad que nos produce adelantar situaciones futuras, que puede que pasen, pero también puede que no. Por eso, recuerda que la mayoría de cosas a las que temes no pasarán nunca.
  • Ejercita tu pensamiento positivo. A pesar del miedo que generan los cambios, la actitud con la que te enfrentes a ellos puede ayudarte a superarlos. Resulta fundamental aprender el lado positivo de todo, de tu vida y de tu carrera profesional, y esto es algo que se puede entrenar. Cada vez que te ocurra algo negativo, trata de buscar la parte buena, porque todo lo tiene.
  • Pregunta a cuatro o cinco personas de tu entorno más cercano en que creen ellos que eres bueno. En muchos casos, somos los últimos en darnos cuenta de nuestro verdadero valor. Analiza las respuestas y busca patrones que se repitan. Si todos coinciden en una virtud, es que la tienes.
  • Dedica un tiempo a pensar lo bueno del nuevo empleo. Además del sueldo, también puedes valorar las habilidades que desarrollarás en el nuevo trabajo, entre otros aspectos.
  • Piensa en tus puntos fuertes. Si has superado la entrevista del trabajo y, por tanto, el proceso de selección, es porque eres capaz de sacar adelante ese trabajo. Piensa cuáles son las habilidades y fortalezas que te han hecho merecedor de este nuevo puesto.
  • Habla con tus jefes y compañeros. Expresa tus sentimientos e inquietudes sobre el nuevo puesto de trabajo a tus compañeros y superiores para que te ayuden a resolver todas tus dudas e inseguridades que surgen antes de empezar.
  • Cambia poco a poco. Si el cambio de trabajo va aparejado a un cambio de casa o ciudad, hazlo paulatinamente. Si emprendes todo a la vez te verás inmerso en una situación poco asumible que te desbordará y generará ansiedad.
  • Márcate un plan de acción. Haz una lista con los pasos que vas a dar, incluyendo los pequeños gestos que te ayuden a delimitar más el camino, y establece un calendario de tiempos. Tener una visión global de los cambios y de lo que debes hacer para superarlos te dará una sensación de orden y control, aumentando tu motivación y productividad.

¿Y si todo va mal? Anticípate y analiza qué sería lo peor que podría pasar si las cosas no salen como esperabas. A veces, el fracaso no es negativo, sino una oportunidad para conseguir más información sobre lo que se te da bien y lo que no.

No temas estar durante un tiempo a la deriva por una decisión, porque bien utilizado el fracaso, puede servirte como una herramienta más en la consecución al éxito, siempre que lo utilices como un feedback de información. En este caso, tampoco te preocupes por tus cotizaciones, ya que con los Planes de Pensiones MAPFRE seguirás ahorrando de forma cómoda para disfrutar de un buen nivel económico una vez llegada la jubilación.