Para dar de alta una empresa en el registro correspondiente y hacerla existir, antes has tenido que tomar un montón de decisiones y hacer otros trámites, por lo que ya has comprobado que el proceso de constitución y puesta en marcha de una empresa no es compleja, pero sí exige dedicación y esfuerzo.

¿Cómo dar de alta una empresa?

En realidad, y salvo excepciones, el papeleo necesario no es demasiado aparatoso. Lo que no implica que pueda tomar algo de tiempo o que haya retrasos indeseados por causas ajenas a nuestra voluntad.  Estos son los pasos básicos.

  1. Agencia tributaria. Tienes que darte de alta en el Censo de empresarios, profesionales y retenedores y en el IAE, Impuestos sobre Actividades Económicas
  2. Tesorería General de la Seguridad Social. Alta en el régimen especial de trabajadores autónomos (RETA) que es el que regula la cotización a la Seguridad Social de los trabajadores autónomos o empresarios individuales. En su caso, también debe procederse a dar de alta a los socios y administradores en los regímenes de la Seguridad Social que corresponda según el tipo de sociedad y/o a la participación en el capital social.
  3. Inspección provincial de trabajo. Obtención y legalización del libro de visitas donde se recogerán y anotarán de manera oficial y legal las inspecciones a las que se someta la empresa.
  4. Registro Mercantil Provincial. La legislación actual obliga a las empresas a contar con una serie de libros-registros. Entre ellos, libro de actas, libro registro de socios, libro-registro de acciones nominativas y libro registro de contratos entre el socio único y la sociedad. Respecto a la contabilidad, es necesario legalizar: un libro diario y un libro de inventarios y cuentas anuales.
  5. Autoridades de certificación. Para una administración y gestión empresarial actual es imprescindible obtener un certificado electrónico que posibilita firmar documentos electrónicos e identificar inequívocamente al propietario de la firma, consulta los diferentes organismos oficiales habilitados para hacer este trámite.

No pierdas de vista que estos son los 5 pasos generales para todo tipo de empresa, pero que según el sector, la forma jurídica elegida para tu empresa u otros detalles, puede que tu organización precise de otros trámites específicos y extraordinarios que son también obligatorios. Si tienes dudas, consulta a expertos y asesores profesionales, y dirígete siempre a los organismos oficiales dependientes del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.

Preliminares a la formalización de una empresa

La tramitación para formalizar la constitución de tu nueva empresa es un paso más –ineludible- en tu propósito de convertirte en empresario.  Para resolver esta parte del proceso con eficacia y rapidez, tienes que tener ya cubiertos otros previos, de lo contrario el alta no será posible o supondrá un fracaso con mucha probabilidad.

  • Definición de la actividad a desarrollar. Parece evidente, pero no lo es tanto, antes de dar de alta tu empresa tienes que definir su actividad y encuadrarla dentro de algunas de las recogidas legalmente en normativa. Consulta en profundidad y no te tomes a la ligera esta definición que tiene consecuencias en temas como la fiscalidad. El sector al que pertenezca tu nueva empresa puede acarrear procedimientos extras o exclusivos en el proceso del alta de la empresa.
  • Planificación global y a largo plazo. No es recomendable empezar la casa por el tejado o lo que es lo mismo, dar de alta una empresa sin tener una planificación global y lo más detallada posible sobre todos los aspectos empresariales y a largo plazo. Si tienes dudas, consulta un asesor profesional sobre este punto. Un estudio de mercado sobre el sector elegido también suele ser una buena idea. Detalles como si vas a contratar o no empleados es clave, ya que de ello depende que tengas que hacer unos u otros trámites para formalizar el alta.
  • Valoración de riesgos. Si vas a poner en marca una empresa con todo lo que supone ya no solo de inversión económica sino también de tiempo y trabajo personal, no es inteligente saltarse la valoración de riesgos y evitar en la medida de lo posible dar de alta una empresa en la que el balance de riesgos es superior al de éxitos.
  • Forma jurídica. La elección de la forma jurídica es clave para poder afrontar el alta de la empresa, cada tipo de empresa está sujeta a un tipo de registros, altas y requisitos formales diferentes, por lo que es necesario tener definido este punto para poder seguir con la tramitación. Entre las muchas posibilidades se encuentran la sociedad limitada, cooperativa o franquicia, por ejemplo.

La previsión es la clave durante la etapa de actividad laboral y en el momento del retiro. Tanto si has constituido tu propia empresa como si eres un trabajador por cuenta ajena, protege tu jubilación con un Plan de Pensiones MAPFRE flexible y siempre adaptado a tus necesidades.