Todo aquello que compras en tu comercio favorito requiere de un proceso de distribución desde una gran variedad de fuentes. En esa cadena de suministro participan varios intermediarios entre el fabricante y el consumidor, tales como mayoristas y minoristas. Pero, ¿Cuál es la diferencia entre comercio mayorista y minorista?

Comercio mayorista vs minorista

La diferencia entre comercio mayorista y minorista es principalmente una: mientras el mayorista adquiere productos a fabricantes y otros mayoristas para distribuirlos a su vez a otros mayoristas, intermediarios, minoristas e incluso a fabricantes; el minorista se dirige únicamente al consumidor final. Es decir, representa el último eslabón de la cadena de distribución.

Así, mientras en el comercio mayorista priman las grandes cantidades de producto (ya que se emplean para abastecer a otras empresas), en el minorista prevalecen las pequeñas cantidades. El hecho de adquirir grandes cantidades directamente a los distribuidores permite a los mayoristas acceder a descuentos que ofrecen los distribuidores si se compra un mínimo de artículos. Los minoristas, por su parte, consiguen su beneficio buscando productos que coincidan con sus objetivos de negocio y eligiendo a los proveedores con los precios más competitivos.

Teniendo en cuenta que el comercio mayorista se basa en comprar y almacenar mercancía en grandes cantidades para después venderla en lotes a otros grupos de profesionales (pero nunca a los consumidores finales), podemos destacar dos factores que influyen en su estructura:

  • No son fabricantes, sino terceros que se ocupan de comercializar sus productos tras comprarlos a un precio muy inferior al de mercado. Esto conlleva una ventaja económica, que se consigue al producirse la transacción en condiciones de grandes volúmenes de mercancía. Aunque en el caso del sector primario (agricultura, ganadería y pesca), pueden ser los propios productores quienes hagan la función de mayoristas, vendiendo sus bienes a los distribuidores e intermediarios.
  • No se vende al consumidor final, sino a un intermediario, que será el encargado de distribuir el producto a los comercios quienes, a su vez, lo pondrán a disposición del cliente final.

La presencia del comercio mayorista es un eslabón imprescindible para la economía, ya que ocupan una posición estratégica en los canales de distribución, que consiguen ganar en madurez y potenciar su capilaridad. Sin embargo, presenta algunos inconvenientes:

  • Su intervención en la cadena de distribución hace que aumenten los costes y se encarezcan los bienes, lo que perjudica a los clientes en general.
  • Reducen los niveles de rentabilidad para los fabricantes, que previamente se han visto obligados a disminuir su porción de beneficios para que, cuando los mayoristas carguen su correspondiente margen el producto siga siendo competitivo. De esta manera, se aseguran su continuidad en la cesta de la compra de los usuarios.

Por su parte, el comercio minorista, al constituir el último eslabón de la cadena de distribución, tiene el poder de potenciar, frenar o alterar las acciones de marketing del fabricante o del mayorista e influir en las ventas y resultados finales. Los minoristas compran grandes cantidades a los fabricantes o mayoristas y venden unidades individuales en pequeñas cantidades al público en general, normalmente, en una tienda o local de ventas, aunque también con comercios online. Esta proximidad con los clientes es una de sus principales ventajas, además de la amplia experiencia sobre los gustos y hábitos de los usuarios.

A pesar de las diferencias entre estos dos modelos de distribución, lo que está claro es que sus empleados necesitan de un refuerzo extra para compensar su pensión pública.

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