En múltiples ocasiones, los trabajadores pueden encontrarse en la situación de que no le pagan la nómina o sufren retrasos continuados en la liquidación de la misma. Para reclamar lo que corresponde no es necesario conceder ningún plazo a la empresa, sino que un día de demora es suficiente para emprender las acciones que se consideren oportunas.

Sin embargo, una vez transcurrido un año se pierde el derecho de reclamar o demandar y, por lo tanto, de cobrar el salario pendiente. Además, debe tenerse en cuenta que se puede exigir tanto el sueldo de un periodo completo como una parte del mismo.

Hablar con la empresa para que paguen la nómina

En el supuesto de que no se haya producido el pago de la nómina en un mes concreto o se trate de retrasos puntuales, lo más recomendable es reclamar a la empresa la cantidad pendiente de forma personal. Esta es la opción más viable cuando el objetivo es continuar trabajando en el mismo puesto.

En función de la estructura que presente la compañía, será necesario dirigirse a la persona responsable inmediatamente superior o al departamento de recursos humanos o de administración. En otros supuestos, suele ser necesario solicitar el reintegro del sueldo por escrito a través de un e-mail o un burofax.

Reclamar el salario con una papeleta de conciliación

Si transcurrido un tiempo la empresa sigue sin pagar la nómina, el siguiente paso consiste en interponer una papeleta de conciliación en el centro de mediación, arbitraje y conciliación habilitado en cada comunidad autónoma. La presentación de este documento es un requisito obligatorio previo a la vía judicial.

Se trata de un escrito en el que se deben especificar los datos de la compañía y del trabajador, así como la cantidad que se reclama y el concepto. Una vez presentado, la administración se encarga de citar a ambas partes a un acto de conciliación administrativa con el fin de llegar a un acuerdo y evitar un juicio.

Exigir el pago de la nómina a través de la vía judicial

En el supuesto de no alcanzar una solución a través de la vía anterior, en última instancia se debe presentar una demanda ante el Juzgado de lo Social que corresponda para que un juez resuelva la situación. Aunque este paso suele generar un conflicto con la empresa, es necesario para percibir las nóminas que estén pendientes de pago.

Si se justifica que los impagos son continuados y que ascienden a una cantidad importante, además de reclamar la deuda, también se puede solicitar la finalización del contrato laboral por incumplimiento grave del mismo. En este caso, se aplicarían las condiciones de un despido improcedente, por lo que el trabajador tendría derecho a una indemnización y accedería a la prestación por desempleo.

Suele ser habitual que las empresas se pongan al corriente de los pagos cuando se interpone una demanda para evitar el proceso judicial. A pesar de ello, el empleado puede seguir adelante para conseguir que se resuelva su relación con la compañía, aunque debe continuar trabajando hasta que se dicte una sentencia firme que indique lo contrario.

Tanto para presentar la papeleta de conciliación como para interponer una demanda judicial es aconsejable contar con el asesoramiento de un abogado laboral. A través del Seguro de Defensa Jurídica MAPFRE es posible acceder a una amplia red de despachos para contratar los servicios de un especialista en esta materia con importantes descuentos sobre la tarifa oficial.