España es uno de los países en los que la supervivencia de las pymes es más precaria. Según datos de la OCDE, tan solo 10 de cada cien pymes españolas sobreviven después de los diez primeros años de existencia. El 70 por ciento de ellas acabarán cerrando entre tres y cinco años después de su creación.

Pero ¿a qué se debe este problema en la supervivencia de los negocios de nuestro país? ¿Por qué fracasan las pymes españolas?

Los factores que conducen a muchas pymes al fracaso son múltiples y de muy diversa índole, pero la realidad es que la mayor parte de las que quiebran suelen cometer las mismas o similares equivocaciones.

¿Por qué fracasan las pymes españolas?

En la mayoría de los casos, los errores que conducen a dicha situación son debidos a factores atribuibles directamente al empresario: falta de formación, desconocimiento, mala gestión, etc. Pero en no pocos casos son factores externos, imposibles de controlar, los que inciden decisivamente sobre la marcha de las empresas: crisis económicas, altos impuestos, trabas administrativas…

Entre las causas que tienen una mayor incidencia en el fracaso de las pymes en España, podemos enumerar las siguientes:

Falta de planificación

Entre todas las causas posibles, esta no falta nunca y es una de las que más afecta a la supervivencia de la empresa. Carecer de un plan de negocios es muy habitual.

Sin embargo, resulta absolutamente imprescindible saber definir los objetivos a corto y a largo plazo, analizar los riesgos, conocer las necesidades de los clientes para construir una estrategia de ventas sólida, saber comprar, planificar los flujos de caja, etc.

Los negocios que no planifican o que planifican mal, están abocados a su desaparición.

Mala gestión

La gestión tiene que ver con la actitud y la mentalidad y afecta directamente a los resultados finales. Al contrario de lo que ocurre con las grandes empresas, la supervivencia de las pymes está fuertemente relacionada con la preparación del dueño. Los emprendedores noveles no disponen, generalmente, de la experiencia y conocimientos necesarios en áreas como las finanzas y la gestión de las ventas, compras, contrataciones, empleados, etc.

Falta de liderazgo

La falta de liderazgo es otro de los grandes problemas. Normalmente, la dirección no tiene una visión completa de todos los componentes de la empresa y su mutua correspondencia. Es fundamental que el emprendedor sepa depositar la toma de algunas decisiones que pueden resultar beneficiosas para el devenir de la empresa en sus empleados.

Desconocimiento del mercado

Las carencias expuestas anteriormente conducen a una mala atención al cliente, que es el primer afectado por esa mala organización y escasa capacitación. No se consideran sus necesidades ni se atienden sus quejas en el diseño del producto o servicio. No existe un plan de ventas y se suele eludir la inversión en promoción y en investigación de mercado.

Crecimiento insostenible

Expandirse permanentemente y sin control más allá de las propias posibilidades, además de acabar afectando a la calidad, implica generalmente una financiación a crédito, con la posibilidad de asfixiar el negocio ante cambios bruscos en el mercado.

Negocios no rentables

No es bueno ni conveniente obstinarse en una idea de negocio cuando existen evidencias de que no es rentable. En muchas ocasiones, aunque la empresa haya generado mucha actividad termina por quebrar, debido principalmente a una mala planificación de los recursos y a un erróneo plan de negocios.

Falta de paciencia

Suele ocurrir que ciertos emprendedores no tienen la paciencia necesaria para ver crecer sus negocios. Quieren resultados inmediatos y rápidos, no cuentan con que los primeros años pueden suponer pérdidas.

Como los resultados no son lo que esperaban, se desaniman, desatienden el negocio y, finalmente, cierran. Por este motivo es necesario contar con un colchón de ahorros que permita hacer frente a los posibles imprevistos. La contratación de un Seguro de Ahorro MAPFRE puede ayudarte a generar estos ahorros para usarlos cuando necesites disponer de ellos.

Fondos insuficientes

Un error que cometen con excesiva frecuencia los emprendedores noveles de pymes es subestimar la cantidad de dinero que van a necesitar para emprender el negocio y para permanecer en él. Tampoco ayuda el hecho de partir de expectativas poco realistas de los ingresos que obtendrán procedentes de la actividad.

Falta de presencia en Internet

La frase de Bill Gates “si no está en internet, no existe” es más cierta ahora que nunca.

Hoy día, cualquier empresa por pequeña que sea, si realmente quiere vender, debería contar con una web de aspecto profesional y bien diseñada que permita a los usuarios conocer su negocio y cómo adquirir sus productos o servicios.

Las antiguas páginas amarillas se han convertido actualmente en buscadores, y si una marca o producto no está allí, no estará visible para los consumidores, que ellos sí están allí y pasan mucho tiempo navegando en internet.

Presión fiscal

Las empresas en nuestro país sufren una fuerte presión fiscal. El tema se agrava con las pymes porque, comparado con su volumen de negocio, los costes de cumplimiento tributario son realmente desproporcionados y demasiado altos.