La figura del abuelo ha evolucionado al ritmo de la sociedad para dar respuesta y adaptarse a las circunstancias actuales, pero también a sus propias condiciones. Los abuelos de hoy son más activos, más mayores en edad biológica, pero más jóvenes en actitud. Hay mucha más diversidad de tipos de abuelos, aunque todos los que protegieron su jubilación con un Plan de Pensiones MAPFRE ahora disfrutan de un plus de bienestar económico al completar con su ahorro y rentabilidad su pensión.

El abuelo en las culturas ancestrales

La figura de los mayores está constatada desde los inicios de la historia, los jefes de los clanes o tribus eran las personas con más edad del grupo. Se relacionan directamente con la sabiduría, la experiencia y el conocimiento.

Es habitual que la toma de decisiones siempre se encomendara a los abuelos. Perdura hasta la actualidad este concepto de respeto hacia la figura del abuelo como fuente de sabiduría y transmisor de tradiciones o herencias importantes, aunque no en todas las culturas. En occidente, la vejez ha estado peor valorada por ejemplo que en oriente.

Abuelo en los 50

Las condiciones de higiene, salud… no permitían que la esperanza de vida de los hombres y mujeres de mitad del siglo pasado fuera muy alta. Los abuelos de 60 años eran una excepción. De acuerdo con esta realidad, los mayores no solían ser una figura muy duradera en las familias de los 50, aunque sí tenían gran peso en cuanto a toma de decisiones y poder.

La maternidad era mucho más temprana y numerosa, también era elevada la tasa de mortalidad, por lo que la convivencia entre generaciones no se daba durante mucho tiempo. Por otra parte, las duras condiciones de vida y las necesidades económicas, hacían que padres, hijos y abuelos formaran parte del precario mercado laboral o trabajaran juntos en el campo, por ejemplo.

Abuelo en los 80

A partir de los 70, las mejoras sanitarias empiezan a enfocarse también hacia la prolongación de la vida. Por otra parte, la esperanza de vida y la organización del sistema de pensiones en España permite la jubilación o retirada del mercado laboral a los abuelos. El problema en los 80 es el estado de salud de los mayores y la falta de recursos asistenciales para este colectivo.

Es habitual la convivencia en el mismo hogar de nietos y abuelos, pero estos son mayoritariamente una clase pasiva que supone una carga para muchas familias dado su deterioro físico y psicológico causado por la vejez. Los abuelos no tienen un papel activo ni en su familia, ni de manera personal ni mucho menos en la sociedad.

Abuelo en el 2000

La figura de los abuelos ha ido tomando fuerza, el colectivo –especialmente en los países desarrollados- es cada día más numeroso y reivindica su papel activo en la sociedad. Aunque muchos siguen conviviendo con sus familias, el desarrollo de residencias, centros asistenciales y otro tipo de recursos para la tercera edad hacen cambiar el papel de los abuelos en la familia y en su entorno.

Los abuelos del 2000 son deportistas, viajeros, lectores… y empiezan a interesarse por las nuevas tecnologías. Mejoran su bienestar económico, protegiendo su jubilación con instrumentos de ahorro como los planes de pensiones.

Abuelo 2.0

    La situación de crisis económica dio visibilidad definitiva a los abuelos, especialmente a los pensionistas que en muchas familias se convirtieron en la única fuente de ingresos. Perdiendo gran parte de su independencia y disfrute, muchos abuelos vieron cómo debían ajustar sus presupuestos para responder a las necesidades de sus hijos y nietos.

    El abuelo 2.0 definitivamente se ha incorporado a la sociedad y comparte sus inquietudes y muchas de sus demandas. Los abuelos de hoy son consumidores en todos los sentidos, usuarios de redes sociales y aplicaciones… Destaca la figura del abuelo canguro que recupera la función del mayor que está en casa cuidando de los más pequeños de la familia, pero ahora con un papel mucho más activo y determinante para la conciliación.