Las personas mayores pueden conducir siempre que sus condiciones físicas y capacidades sensoriales se los permitan. Sin embargo, los expertos en seguridad vial recuerdan que este grupo de personas es más vulnerables a la hora de sufrir las consecuencias de un accidente de tráfico o siniestro. Merece la pena extremar las precauciones.

La edad importa al volante, pero no determina de forma única la capacidad de conducir. La Dirección General de Tráfico (DGT) aconseja redoblar la atención al volante con la edad y ser precavido para que la experiencia no sea un enemigo al volante, sino el mejor consejero.

Descansa más y viaja acompañado

Lo aconsejable es parar en viajes de largo recorrido cada dos horas, pero si el conductor ya supera los 64 años de edad, no está de más que se tome el descanso cada hora y media. Siempre que sea posible, se recomienda que el conductor no sea único y pueda cambiarse con otro cuando sienta fatiga al volante.

Atención a los medicamentos

No es extraño que una persona de más de 65 años siga tratamientos crónicos para paliar patologías propias de la edad, como la tensión alta, la diabetes o el colesterol. Es indispensable constatar que la medicación que toma un conductor es compatible con el manejo de un vehículo. Los efectos sobre la conducción no siempre existen, pero son relativamente frecuentes por lo que es indispensable averiguar al respecto. Con el Seguro de MAPFRE Salud por ejemplo, consultas siempre y cuando lo necesites con los profesionales sanitarios todas tus dudas, también las de medicación o tratamientos.
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El vehículo, sí importa

Mientras que los años de experiencia al volante pueden ser un plus en seguridad, un coche viejo es menos seguro y menos recomendable para cualquier conductor, pero especialmente para los mayores. Las ayudas a la conducción han demostrado ya su efectividad en las carreteras y evitan accidentes cada día. Aunque ninguna tecnología sustituye la atención humana, todas deben ser bienvenidas y facilitan la conducción también con el paso de los años.

Horarios más adecuados

Todos los conductores tienen sus preferencias sobre el momento del día en el que se encuentran más a gusto al volante. Las preferencias personales deben respetarse, pero con el paso de los años los expertos en seguridad vial recomiendan evitar la noche y los momentos de inicio y final del día donde la luz es menos cómoda para la conducción. Se recomienda evitar fechas y momentos de tráfico denso como operaciones salida o entrada de vacaciones. Una de las ventajas que tienes al estar jubilado es que no tienes que viajar cuando todos lo hacen.

Ante la duda, consulta un especialista

Si el propio conductor siente inseguridad al volante o cree que sus capacidades –especialmente la vista, el oído o los reflejos- no son las adecuadas para conducir, lo mejor es consultar y chequear médicamente, sin esperar a la renovación del carné de conducir. En cualquier caso es mejor dejar de conducir y retomar la seguridad al volante que sentarse frente a los mandos de cualquier vehículo con dudas o falta de confianza.

Normativa legal

La normativa española no estipula una edad máxima para la conducción, es decir, la capacidad de conducir no depende de los años que se cumplan.

La DGT recuerda que los años no limitan, pero si la salud y por ello, la renovación del carné de conducir está sujeta a la realización de  un reconocimiento médico y un test psicotécnico que determinan la aptitud para la conducción y posibles limitaciones a la misma.

  • Hasta los 65 años la renovación del carné de conducir es obligatoria cada 10 años.
  • Con los 65 años cumplidos el permiso para conducir se renueva cada 5 años como máximo.
  • La renovación del carné de conducir está supeditada a la aprobación de un test psicotécnico y una revisión médica centrada especialmente en la supervisión de las capacidades auditivas y visuales del conductor.

Ni la juventud ni la experiencia sustituyen a la prevención y la atención al volante. Las capacidades para conducir un vehículo no se ganan ni se pierden cada cumpleaños, pero es evidente que las condiciones físicas y sensoriales sí cambian con la edad. Esto debe tenerse en cuenta a la hora de ponerse al volante.