Las personas que padecen Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), originada por el consumo de tabaco, representan un alto porcentaje de aquellos que solicitan la jubilación por incapacidad laboral. De hecho, los fumadores activos tienen un riesgo veinte veces mayor de incapacidad laboral por padecer EPOC que los no fumadores, y tres veces más que los ex fumadores, una vinculación que se acusa en función del número de paquetes que se fuman por año y la edad a la que se empezó a consumir.

El dato pertenece a la revisión de un estudio realizado por Francisco Javier Álvarez, del grupo de tabaquismo de Neumosur, publicado en la revista Prevención del Tabaquismo.

Jubilación anticipada en los fumadores

El estudio citado anteriormente añade que, en nuestro país, la edad media de jubilación de los fumadores es de 56,2 años (en 2020, la edad media de jubilación en España está en 65 años y 10 meses). Un dato que corrobora el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, en colaboración con el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, que estima que cerca de dos tercios de las jubilaciones anticipadas que se producen en nuestro país se deben al tabaquismo.

No en vano, la EPOC representa la cuarta causa de muerte en nuestro país, registrándose una defunción cada veinte minutos. En total, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica cifra las muertes por EPOC en 29.000 al año. Además, figura entre las diez primeras causas de discapacidad.

Aunque solo la cuarta parte de los fumadores desarrollan la enfermedad, cabe destacar que el 90 por ciento de los que la padecen son fumadores, originando más del 10 por ciento de consultas de atención primaria, casi un 40 por ciento de consultas de neumología, un 35 por ciento de incapacidades laborales definitivas y un 7 por ciento de ingresos hospitalarios.

Se puede concluir, por tanto, que el tabaquismo incide de forma directa en la jubilación anticipada, es decir, en la rebaja de la edad ordinaria de jubilación, mediante la aplicación de coeficientes reductores, para trabajadores afectados por una discapacidad igual o superior al 65 por ciento, según establece la Seguridad Social.

Si vas a solicitar una jubilación anticipada por esta causa, debes tener en cuenta que la cuantía de la pensión que recibas cada mes se verá reducida, ya que el tiempo en el que se percibirá dicha prestación ha aumentado, pero la cantidad a percibir no. Por ello, siempre es aconsejable contar con un plan de ahorro privado que permita seguir llevando el mismo nivel de vida que se tenía antes de acceder al retiro laboral.

Gastos de los fumadores con EPOC a la Seguridad Social

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La EPOC, que en el 90 por ciento de los casos se atribuye al tabaquismo, genera una incapacidad laboral que afecta a la sostenibilidad del sistema público de salud y a la propia competitividad económica, porque también repercute en el absentismo laboral y en la menor productividad de los trabajadores fumadores a lo largo de sus vidas.

Esta situación tiene unos costes directos, indirectos e intangibles para el estado que ascienden a entre 750 y 1.000 millones de euros, según la estimación que se desprende del documento Estrategia en EPOC del Sistema Nacional de Salud (SNS).

En concreto, el coste medio directo por paciente es de entre 1.712 y 3.238 euros al año, que se distribuyen en gastos hospitalarios (entre un 40 y 45 por ciento), fármacos (30-45 por ciento) y pruebas diagnósticas (15-25 por ciento).

Por ello, algunos neumólogos sostienen que financiar los tratamientos antitabaco puede ser una inversión en tiempos de crisis, pues ayudaría a reducir el gasto de las jubilaciones anticipadas por EPOC. De hecho, el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo lleva dos décadas reclamando que dicho tratamiento forme parte de la cartera de servicios de atención primaria, algo que, hasta el momento, solo hacían algunas Comunidades Autónomas, como Navarra.

La Seguridad Social financia, desde 2020, los tratamientos antitabaco

Este año la situación ha dado un giro. El Ministerio de Sanidad anunció en agosto de 2019 que, por primera vez, la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) iba a incluir desde el 1 de enero de 2020 la vareniclina y el bupropión, dos tratamientos farmacológicos para dejar de fumar.

Estos medicamentos son recetados tras un nuevo protocolo en los centros de asistencia primaria beneficiando a unas 83.000 personas en el primer año, con un impacto presupuestario estimado en 7,9 millones de euros. La financiación de estos dos tratamientos farmacológicos complementa así otros apoyos que ya se venían ofreciendo desde las consultas de atención primaria.

El tratamiento completo dura entre nueve y doce semanas. El coste (IVA incluido) es de, aproximadamente, 3,55 euros por persona y día en el caso de la vareniclina, y de 1,03 euros en el caso de bupropion.

Según los profesionales que lidian cada día contra este problema de salud pública, la administración sanitaria no debe temer por el coste de la financiación de unos productos que son eficaces y que ya han demostrado su eficacia en experiencias de financiación en Navarra o programas piloto en Cataluña.