El envejecimiento de la población también presiona al sistema de la seguridad social en China. Hasta el punto de que hace unos meses se planteó la posibilidad elevar la edad de jubilación, que actualmente es de 60 años para los hombres y de 55 para funcionarias y de 50 para el resto de mujeres. La última propuesta es que podría aplicarse a partir de 2016, de forma progresiva, aumentando la edad hasta jubilarse a los 65 años en 2045, según publica el diario Beijing Times. Actualmente, la esperanza de vida es de 73 años. Y se prevé que para 2015 esta aumente hasta los 74,5 años.
Para el gobierno chino, elevar la edad de jubilación es inevitable y está estudiando cómo acometer esta impopular medida. En el país más poblado del mundo viven más de 123 millones de personas mayores de 65 años y se espera que esta cifra aumente hasta los 323 millones en 2050, lo que supondrá un 23% de la población. Expertos de la Academia China de Ciencias Sociales (CASS) estiman que la población activa se reduzca de los 950 millones actuales a los 870 millones en 2050.
Un estudio del elaborado por el Banco de China y Deutsche Bank cifra en 18,3 billones de yuanes el déficit previsto en 2013 en el sistema de pensiones debido al envejecimiento de la población. De no acometer reformas, el déficit se incrementará hasta los 68,2 billones de yuanes en 2033. Esto supondrá un 38,7% del PIB si la economía sigue creciendo un 6% al año, advierte el informe.
Los datos de la seguridad social China en su informe anual de 2011 revelan unos ingresos por inversión del fondo de pensiones de 7.340 millones de yuanes. El fondo gestionaba activos por valor de 868.820 millones de yuanes. El gobierno chino diversificará sus inversiones para obtener ingresos a largo plazo, con productos de rentabilidad fija y acciones.