Los planes de pensiones tienen en cuenta situaciones especiales, como la del cónyuge que no trabaja o tiene rentas bajas y las de personas con discapacidad. Ambos perfiles están sujetos a normas especiales en lo que a planes de pensiones se refiere.

Para los primeros, se permite que un cónyuge haga aportaciones a favor del otro que no trabaja y que desgrave una parte por ellas. En el caso de segundos, el régimen especial de planes de pensiones para partícipes con discapacidad cuenta con ventajas adicionales que incluyen un mayor límite en las aportaciones que dan lugar a desgravación.

¿Quiénes pueden contratar un plan de pensiones para discapacitados?

La Ley establece qué personas pueden acogerse al régimen especial de planes de pensiones para discapacitados. En concreto, se trata de personas con:

  • Una discapacidad psíquica igual o inferior al 33%.
  • Una discapacidad física o sensorial igual o superior al 65%.
  • Personas con una incapacidad declarada juridicialmente, con independencia de su grado.

Lógicamente, es necesario acreditar ese grado de discapacidad a través de un certificado expedido por el IMSERSO, el órgano competente de las comunidades autónomas o por resolución judicial firme.

Para que el plan de pensiones pueda formar parte de este régimen especial, es necesario que el partícipe se adhiera expresamente a este régimen por sí mismo o a través de su representante. Es decir, que es necesario que el plan esté constituido por y a favor de la persona con discapacidad.

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Aportaciones a planes de pensiones de discapacitados

La mayor diferencia de los planes de pensiones para personas discapacitadas radica en las aportaciones. Por un lado, el límite máximo de las aportaciones a este tipo de planes y, por otro, quiénes pueden invertir en ellos.

Así es como funcionan en cada caso:

¿Quiénes pueden invertir en el plan de pensiones?

Una de las particularidades de este tipo de plan pensiones es que permite inversiones con derecho a deducción en la renta por parte de dos personas diferentes.

La primera es el propio partícipe del plan, es decir, la persona con discapacidad. Como ocurre con el resto de los planes de pensiones, el dinero aportado sirve para reducir la base imposible en el IRPF y pagar menos impuestos al hacer la declaración de la renta.

La segunda son las personas con relación de parentesco con el partícipe con discapacidad. Es decir, los familiares de la persona discapacitada hasta el tercer grado, así como el cónyuge o quienes le tuviesen a su cargo en régimen de tutela o acogimiento.

Esto incluye desde los progenitores hasta los hermanos, abuelos, tíos, sobrinos, bisabuelos y bisnietos.

Eso sí, para que las aportaciones den derecho a deducción, es imprescindible que la persona con discapacidad sea el único beneficiario del plan para todas las contingencias salvo para la de fallecimiento.

Límite anual de las aportaciones a planes de pensiones para discapacitados

¿Cuánto dinero se puede invertir en un plan de pensiones para discapacitados? La cantidad concreta es mayor que la de un plan individual al uso.

Así, el partícipe con discapacidad puede realizar aportaciones hasta un máximo de 24.250 euros al año con derecho a deducción.

Por su parte, los familiares del discapacitado pueden aportar 10.000 euros al año por cada una de las personas. Este límite computa de forma independiente al de las aportaciones realizadas por las personas discapacitadas a sus propios planes de pensiones y a los otros sistemas de previsión social.

En cualquier caso, la aportación conjunta máxima es de 24.250 euros anuales. En esta cuantía se incluyen tanto las aportaciones realizadas por el partícipe como las efectuadas por otras personas a su favor.

En términos de deducción en la renta, las realizadas por el partícipe tienen prioridad en la reducción y después, si hubiera margen, las realizadas por otros a su favor.

Es decir, primero se desgravan las deducciones de la persona discapacitada y, después, las del resto de aportaciones realizadas por los familiares.

Un ejemplo de cómo funcionan las deducciones

Nada como un ejemplo para saber cómo se deduce por las aportaciones al plan de una persona con discapacidad. Imaginemos que una persona discapacitada contrata un plan de pensiones y aporta un total de 3.000 euros a su propio plan de pensiones.

A esto se suman 6.000 euros adicionales aportados por su hermano, que además ya había aportado el máximo de 1.500 euros a su propio plan de pensiones individual.

¿Cómo se tributaría en cada caso? En primer lugar, el partícipe del plan de pensiones reduciría los 3.000 euros aportados. Es decir, que a su base imponible se restará esa aportación al plan de pensiones.

Por su parte, su hermano puede desgravar los 1.500 euros aportados a su propio plan de pensiones más los 6.000 que aportó al de su hermano. En total, deducirá 7.500 euros, siempre que esa cantidad no suponga más de un 30% de su base imponible general.

Ahora imaginemos que la persona discapacitada aporta 20.000 euros y su hermano invierte igualmente 6.000 euros en el plan para discapacitados. ¿Cómo quedaría la deducción en ese caso?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que entre ambas inversiones se supera el límite conjunto de 24.250 euros. Con esto en cuenta, tendrían prioridad a la hora de desgravar las deducciones realizadas por el partícipe discapacitado.

Es decir, primero se descontarían los 20.000 euros del partícipe sobre el límite de aportaciones. De los 6.000 euros que invirtió el hermano, sólo 4.250 darían derecho a deducción.

¿Qué pasa con el resto? Las aportaciones que no hubieran podido reducirse por insuficiencia de base podrán reducirse en los cinco ejercicios siguientes, siempre que así se hubiera solicitado en las respectivas declaraciones de IRPF.

A efectos prácticos, el hermano podrá desgravar los 1.750 euros adicionales en los siguientes ejercicios, siempre que no se alcancen los límites de inversión. En ese caso, se reservarán para siguientes años.

¿Cuándo se puede recuperar el dinero del plan?

Los planes de pensiones para discapacitados siguen siendo un producto poco líquido. El dinero del plan no se puede recuperar en cualquier momento.

De hecho, las contingencias de rescate son las mismas en el régimen especial de planes de pensiones para discapacitados. Estas pasan por jubilación, enfermedad grave, desempleo de larga duración, incapacidad y pasados 10 años desde que se invirtió a contar desde 2015.

¿Cómo tributa el rescate del plan de pensiones para discapacitados?

Como las prestaciones constituyen rendimientos del trabajo al desgravar, tendrán la misma consideración al recuperar el plan de pensiones por parte de las personas discapacitadas. Esto mismo sucede si rescatas el plan de pensiones antes de tiempo.

La fiscalidad del rescate del plan de pensiones para personas discapacitadas tiene ciertas particularidades frente a uno normal.

La primera es que las prestaciones que se perciben en forma de renta gozan de una exención en el IRPF de hasta tres veces el IPREM. Así, el dinero que recuperes por debajo de esa cantidad no tributará en la renta.

Por su parte, si la prestación la percibe en forma de capital y corresponde con aportaciones realizadas antes de 2007, el porcentaje de reducción aplicable es del 50% frente al 40% para los planes de pensiones individuales.

Como ves, los planes de pensiones para discapacitados son una fórmula para ayudar a este colectivo a planificar su pensión. En MAPFRE encontrarás planes de pensiones y otros productos de ahorro e inversión para preparar el retiro.

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