Las inversiones en bolsa deben ser declaradas en hacienda. Concretamente, los beneficios obtenidos como plusvalías tienen que tributar en la denominada base imponible del ahorro del IRPF, mientras que las pérdidas no requieren este proceso. Debido a la complejidad que puede suponer el proceso para una persona que no sea especialista, en las próximas líneas, detallamos todos los aspectos que hay que tener en cuenta.

Cómo puedo sacar rendimiento de las acciones de bolsa

Antes de analizar cómo declarar las inversiones en bolsa es preciso determinar qué es una acción y cómo se le puede sacar rendimiento. Una acción podría conceptualizarse como una pequeña parte proporcional de una sociedad mercantil, es decir, una minúscula parte del valor de una empresa. Como propietario de esta parte de la compañía, se puede obtener beneficio vendiéndola a un precio más caro que el que se compró o por medio de los dividendos, los cuales son un porcentaje de los ingresos obtenidos por la institución y que son repartidos entre sus accionistas.

Cuándo necesito declarar las inversiones en bolsa

Se deben tributar las plusvalías obtenidas en las inversiones bursátiles. De este modo, si se logra un beneficio en la compra y venta de acciones, es necesario notificarlo a los organismos regulatorios. Por el contrario, si el resultado es negativo, se incurre en pérdidas patrimoniales, las cuales no se tienen que declarar de manera obligatoria.

Se dispone de un periodo de cuatro años en el que se puede compensar las pérdidas y ganancias obtenidas durante dicho plazo. La cifra resultante, de ser positiva, deberá ser tributada. Los dividendos, al ser siempre positivos, también han de ser incluidos en la Declaración de la Renta.

Cómo se declaran las plusvalías en las inversiones de bolsa

Si se ha sido un hábil inversor y se dispone de beneficios obtenidos tras la compra y venta de acciones, se debe tributar dicha cantidad como renta del ahorro. El tipo impositivo para esta partida es del 19 por ciento si no se alcanzan los 6.000 euros, el 21 por ciento si se sitúan entre los 6.001 euros y los 50.000 euros y el 23 por ciento si se supera esta cifra. Este tipo de imposición es recogida en la Declaración de la Renta, pero no se produce un pago de impuestos de manera directa en el momento en el que se ha generado la ganancia.

Cómo se declaran los dividendos

Todos los dividendos obtenidos deben figurar en la casilla 024 de la Declaración de la Renta, reservada a “Dividendos y demás rendimientos por la participación en fondos propios de entidades”. Los tipos que se aplican son idénticos a los de las ganancias patrimoniales, es decir, aquellos que no superen los 6.000 euros tributarán un 19 por ciento, mientras que los que se sitúen entre esa cifra y los 50.000 euros tendrán que hacerlo al 21por ciento y los que la superen deberán descontar el 23 por ciento.

Es necesario reseñar que desde el ejercicio 2017, los llamados scrip dividend también tributan de manera directa. Este tipo de dividendos implica que, en lugar de darse una cantidad económica, se ofrece el cobro en acciones. Muy usado por algunas compañías porque suponía no tener que hacer uso de la tesorería, en la actualidad es necesario que los accionistas tributen este tipo de dividendo como si se tratase de una opción normal. El importe que se usa como referencia es el precio de mercado de los derechos de suscripción.

Es importante saber cómo declarar las inversiones en bolsa con la finalidad de que las ganancias obtenidas sean reconocidas legalmente. Además del mercado bursátil hay otros modos en los que conseguir plusvalías invirtiendo dinero, como son los Planes de Pensiones MAPFRE, los cuales permiten ahorrar en el presente y garantizar la jubilación en el futuro.