¿Sabes qué es una cuenta de ahorro y para qué sirve? ¿En qué se diferencia de una cuenta corriente? ¿Qué es el TAE y la rentabilidad? ¿Y cuáles son las mejores cuentas de ahorro de España? Si tu respuesta a todas estas preguntas es “sí”, enhorabuena, puedes dejar de leer este artículo. Pero probablemente no sea así, porque España es el cuarto país con peor educación financiera de la Unión Europea.

Según el Eurobarómetro que analiza los conocimientos sobre el tema de los ciudadanos de los estados miembros, sólo Chipre, Rumanía y Portugal tienen unos resultados peores. Al responder a cinco preguntas sobre inversiones, inflación y otros conceptos económicos, apenas el 19% de los españoles acertó al menos cuatro de las cinco cuestiones. Al presentar este estudio, Mairead McGuinness, la comisaria de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de Mercados de Capitales de la UE, pidió “hacer más para mejorar los niveles de educación financiera en la UE”. “Equipar a las personas con la confianza y las habilidades para tomar decisiones informadas sobre su dinero es de interés para todos”, añadió.

Por ello, aquí te ofrecemos una pequeña contribución y te respondemos todas las dudas que puedas tener sobre las cuentas de ahorro.

Cuenta corriente y cuenta de ahorro

Para entender qué es una cuenta de ahorro, lo mejor es empezar por explicar en qué se diferencia de una cuenta corriente.

¿Qué es una cuenta corriente?

La cuenta corriente es la cuenta básica que abre todo el mundo cuando se registra por primera vez en un banco: permite al titular gestionar su dinero, guardando sus ingresos y administrando sus pagos, pero no genera rendimientos.

La cuenta corriente se utiliza para las operaciones financieras más comunes, como sacar dinero en los cajeros automáticos, hacer compras, pagar recibos, transferir dinero, recibir la nómina, etc.

Entre las características de la cuenta corriente, destacan:

  • Máxima liquidez. Es decir, podemos hacer uso del dinero siempre que queramos. Otros productos bancarios, en cambio, no permiten esto hasta la finalización del contrato o hasta cumplir ciertas condiciones.

  • Servicio de caja. Es el rasgo esencial de una cuenta corriente. Permite al banco recibir ingresos y realizar pagos en nombre del cliente, según las órdenes que éste haga. Por ejemplo, mediante la domiciliación de los recibos o las transferencias automáticas.

  • Permite el uso de chequeras y tarjetas de débito o crédito asociadas a la cuenta.

  • Puede tener más de un titular.

  • La información sobre ingresos y gastos siempre es transparente.

¿Qué es una cuenta de ahorro?

En contraste con la cuenta corriente, la cuenta de ahorro no se utiliza para la administración diaria de los ingresos y los gastos. Su función principal, como su propio nombre indica, es la de ahorrar.

En resumen, una cuenta de ahorro ofrece una rentabilidad a su titular a cambio de que mantenga durante un tiempo el dinero ingresado en ella. Simplemente con tener esos “ahorros” depositados, el banco le paga unos intereses cada cierto periodo de tiempo.

Estas son las principales características de una cuenta de ahorro son:

  • Genera rendimientos. Estos dependen, claro está, de la cantidad de dinero y del tiempo que estén en el banco. Cuantos más euros se metan en la cuenta, y cuanto más tiempo se dejen en ella, más elevados serán los rendimientos que se consigan.

  • Elevada liquidez. Al contrario que otros instrumentos de inversión y ahorro, como los bonos del Tesoro, el titular puede disponer del dinero depositado en una cuenta de este tipo siempre que quiera. Sin embargo, eso afectará a los rendimientos que recibirá en el futuro.

  • Normalmente, las cuentas de ahorro no permiten asociar a ellas tarjetas de débito, de crédito o chequeras. Tampoco es posible domiciliar pagos. Su función es servir de “hucha”, por lo que no se emplea para administrar los ingresos y gastos más comunes del día a día.

¿Qué rentabilidad ofrecen las cuentas de ahorro?

Cada banco tiene sus propios productos, con sus ventajas y desventajas. Pero para poder comparar, es necesario conocer un concepto básico:

¿Qué es el TAE de una cuenta de ahorro?

El TAE es la Tasa Anual Equivalente, un indicador financiero que señala la cantidad final (incluyendo ya las comisiones, los tipos de interés o los gastos de operación) que recibirá el titular de una cuenta de ahorro si mantiene en ella una cantidad de dinero. El TAE se expresa como un porcentaje anual.

Las cuentas de ahorro suelen ofrecer su rendimiento a partir de un saldo mínimo y hasta un saldo máximo. Por ejemplo, un banco puede otorgar el 5% de TAE en el primer año en cuentas con un depósito mínimo de 1.000 euros, y hasta un máximo de 5.000 euros (por encima de esa cantidad, ya no se aplicaría el porcentaje, por lo que no se conseguirían rendimientos “extra”). En este caso, un cliente que haya dejado 2.000 euros en esa cuenta recibiría 100 euros pasado el primer año (o sea, el 5% de 2.000).

Normalmente, el TAE de una cuenta de ahorro puede estar entre el 0.10% y el 3% al año.

El porcentaje también suele variar con el tiempo (puede aumentar o decrecer en el segundo o tercer año, y en los siguientes) y puede ser de interés variable, en lugar de fijo. En este caso, el TAE no es un porcentaje garantizado de antemano, sino que cambiará en función de las variables a las que esté sometido, como por ejemplo las tasas de interés de referencia del Banco Central Europeo.

En definitiva, el TAE es una cifra estandarizada que permite comparar las condiciones de los distintos bancos.

¿Y cuáles son las mejores cuentas de ahorro?

La respuesta depende de las necesidades de cada persona, pero hay varios factores esenciales en los que tienes que fijarte:

  • El saldo mínimo y el saldo máximo permitido.

  • Las comisiones que cobra el banco. A veces, abrir una cuenta de ahorro es gratis, pero el banco sólo se la ofrece a un cliente que tenga una cuenta corriente o de otro tipo, que sí paga comisiones.

  • El TAE.

  • Y la letra pequeña del TAE. Por ejemplo, para captar clientes, hay bancos que el primer año ofrecen un porcentaje muy atractivo, pero que luego se reduce bruscamente, y que puede ser menos rentable en el largo plazo que un TAE inicial más reducido.

Además de estos productos financieros existen diferentes métodos de ahorro que te permiten lograr estirar más tus ingresos.

Con independencia de la situación personal de cada persona, siempre conviene tener contratado un seguro de vida. El Seguro de Vida y Accidentes MAPFRE, te ofrece la protección más completa en casos de fallecimiento, invalidez o dependencia, ofreciéndote siempre el cuidado de lo que más quieres.

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