Afrontar los gastos necesarios e imprescindibles sin quedarnos a cero y a la vez  mantener un pequeño margen de ahorros para salir de un inesperado apuro, es decir, saber cómo ahorrar, es algo sensato que todo el mundo sabe que hay que hacer, pero muchos siguen teniendo dificultades para hacerlo. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los hogares españoles gastan cada vez más dinero y por lo tanto ahorran menos. En el primer trimestre de este año, la tasa de ahorro se situó en -4,2 por ciento, igual que el mismo trimestre del año anterior.

La mayoría de la gente que no ahorra dice no poder hacerlo por los bajos ingresos, pero en otros casos el problema radica en que se destina una considerable cantidad de dinero en gastos superfluos de los que se puede prescindir perfectamente. Pero ahorrar no es solo gastar menos dinero, que también. Las personas que saben cómo ahorrar organizan correctamente sus gastos y maximizan sus ingresos económicos. ¿Cómo lo hacen?

Cómo ahorrar: fórmulas para todo tipo de ahorradores

Existen innumerables fórmulas para el manejo de las finanzas personales, pero casi todas ellas comparten actuaciones o consejos concretos, por lo que resulta bastante complicado encontrar novedades en este aspecto.

Método 50-20-30

Entre los métodos o sistemas para saber cómo ahorrar más conocidos está el 50-20-30.  Este método consiste en dividir los ingresos en tres partes: el 50 por ciento se destina a gastos básicos (hipoteca, facturas, cesta de la compra, gastos comunitarios, alquiler); el 20 por ciento, a ahorro;  y el 30 por ciento restante va engrosar los gastos personales (ropa, ocio, viajes, celebraciones y demás).

Si en la primera y en la última partida se consigue ahorrar algo, se sumará al 20 por ciento correspondiente al ahorro.

Método de los 30 días

Otro método es el reto de los treinta días. Consiste en ahorrar un poco cada día durante un mes, desde el primer día hasta el último. Es flexible, porque cada cual puede empezar con la cantidad que estime oportuno y se puede extender a los meses que uno quiera.

Su proceso es muy sencillo: el primer día del mes se ahorra, por ejemplo, 1 euro;  el segundo, 2 euros; el tercero, 3. Y así sucesivamente hasta el último día del mes. Esta estrategia tan simple, si está bien ejecutada permitirá ahorrar 465 euros en un mes.

 

Método kakeibo

Otro sistema es el mundialmente conocido método kakeibo, basado en dos principios elementales: planificación y control.

Al principio de cada mes se anotan en un pequeño libro de contabilidad y finanzas los ingresos y los gastos fijos (hipoteca, alquiler, la luz, la comunidad…). De esta manera se tiene un conocimiento real del dinero queda disponible para los restantes pagos del mes. A lo largo de este, hay que ir anotando –con extremada meticulosidad- cualquier gasto, con el fin de detectar los superfluos, que son de los que hay que prescindir en el futuro para poder ahorrar.

Cómo ahorrar según nuestras necesidades

Lo mejor es crear nuestro propio sistema, uno adaptado a nuestras necesidades, idiosincrasia y estilo de vida. Solo hay que tener en cuenta una serie de principios que, por otra parte y como decíamos anteriormente, se hallan en todos los modelos de planes, y consisten más o menos en los siguientes puntos:

  • Elaborar un presupuesto para mantener un registro en papel de los gastos y seguirlo a rajatabla. Para observar el progreso financiero y calcular una meta de ahorro que sea factible alcanzar, es imprescindible tener en cuenta al principio de cada mes los ingresos económicos y los gastos fijos e importantes. Así se evitará derrochar dinero, sobre todo si cuanto se recibe el salario, éste se divide según el presupuesto.
  • Evitar convertirse en un comprador compulsivo que adquiere productos o servicios por capricho o influido por el «porque yo me lo merezco», que lleva a muchas personas a realizar gastos por encima de sus posibilidades. Si se necesita comprar algo, hay que estar atento a las ofertas y a la época de rebajas.
  • Reducir los gastos en casa ahorrando energía, cambiando los electrodomésticos cuando sea necesario por otros más eficientes energéticamente.
  • Pagarse a sí mismo en primer lugar, transfiriendo parte del salario a una cuenta de ahorro y después, con el dinero restante, abonar los demás gastos mensuales. Asimismo, es útil tratar de buscar pequeños trabajos o proyectos con los que ganar un dinero adicional para guardarlo. Hay quienes discrepan de esta norma y la invierten: «págate el último», porque dicen que pagarse el primero incita a no pensar demasiado en el dinero y, en muchas ocasiones, a recortar los gastos por encima de lo deseable. Aducen, además, que el objetivo de las finanzas personales es tomar las mejores opciones en cada situación y que en ciertos momentos, el gasto puede ser más beneficioso que el ahorro.
  • Combinar los pagos con el ahorro. Ahora es fácil invertir porque los depósitos mínimos que se exigen para invertir en fondos de inversión son asequibles a casi cualquier bolsillo. Bien asesorados y actuando con cautela, se pueden conseguir buenas rentabilidades por nuestro dinero a medio y largo plazo, como ocurre con los Planes de Pensiones MAPFRE, que permiten ahorrar de forma cómoda para disfrutar de una jugosa paga en el futuro. Muchos especialistas dicen que ahorrar lo que sobra es, en realidad, invertir esos ahorros para aumentar la riqueza.
  • Quien no haya ahorrado nunca debe iniciarse dando pequeños pasos. Lo importante es desarrollar el hábito. El método de los 30 días es bueno para estas personas. No se hace uno rico, pero es una manera sencilla para empezar a ahorrar y generar algún dinero extra.
  • Tener una meta hace más fácil conseguir que se ahorre algo. Pero hay que fijarse metas razonables, que se encuentren dentro de tu alcance, y a corto plazo porque facilitan la concentración y la disciplina.
  • Una forma de enfocar los gastos que puede ayudar a reducir el consumo y, por lo tanto, lograr algún ahorro, es convertir los gastos en horas de trabajo. Tal o cual cosa vale tanto y conseguir ese dinero me supone tantas horas de trabajo. Es un planteamiento sencillo que, en cualquier caso, es un buen método para valorar con bastante exactitud lo que realmente cuestan las cosas.
  • Aunque algunas deudas son inevitables, hay que evitar en lo posible endeudarse. Es evidente que, a largo plazo, pagar en el acto siempre es más barato que hacerlo a plazos. Si es necesario endeudarse, que nunca lo sea por encima del 20 por ciento de los ingresos netos, aunque sería mejor un porcentaje menor. Un 36 por ciento está considerado como el límite crítico para una deuda razonable.

En fin, son algunas de las recomendaciones que se puede seguir para saber cómo ahorrar, pero existen muchas otras maneras de hacerlo y cada cual debe descubrir las que mejor se adecuen a sus circunstancias personales.

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