La educación financiera es clave para la salud financiera de la sociedad, empezando por el fomento del ahorro y pasando por otros temas que hoy en día están muy calientes, como por ejemplo el acceso a cualquier producto financiero. Precisamente una queja popular en estos tiempos de crisis alega directamente a la falta de preparación ante un producto más o menos complicado, como podrían ser créditos, seguros o las infames «preferentes».

Una mínima educación financiera es deseable para que todos estemos preparados para preguntar, leer y entender lo que se nos pueda ofrecer en una entidad bancaria, de hecho cuanto más informados estemos, mejores decisiones tomaremos con respecto a nuestra economía. Esto es tan básico que se ha promovido una acción de educación financiera para niños que está apoyada por la CNMV.

¿Por qué educar a los niños en finanzas?

La respuesta puede caer en la obviedad, pero es evidente que los niños son los futuros compradores, empresarios y trabajadores, con lo cual si empezamos a educarlos cuanto antes, mayores serán los beneficios de esa educación. Hace pocos días saltó la noticia de que a la mayoría de los niños y adolescentes españoles se les daba una paga semanal a cambio de nada. Esto puede tener muchas lecturas y de hecho puede no ser muy representativo, pero llama la atención sobre un problema conocido: el valor que los niños le dan al dinero que reciben.

Siempre van a escucharse voces que digan que los niños y jóvenes de hoy en día merecen disfrutar de las ventajas de no tener necesidades (pero eso es muy discutible, lo de no tener necesidades), pero a nadie se le escapa que el dinero no se gana a cambio de nada. Un niño acostumbrado a no dar nada a cambio de un dinero será un niño que no de valor a ese dinero, y tampoco dará valor a una educación financiera que no tendrá cuando la necesite.

Tips para educar a los niños en las finanzas

  • Hablar de dinero con los niños, contarles cómo se gana el dinero, lo difícil que es conseguir un sueldo para luego pagar la comida, la casa, la ropa…
  • Incluir a los más pequeños en las tomas de decisiones, por ejemplo si vais a comprar un televisor, hacerles partícipes, que vean distintos modelos, prestaciones y precios, así irán entendiendo el valor de las cosas.
  • Consumir de forma responsable, como dirían los abuelos, «el dinero no es chicle», y a veces se necesita autocontrol para no comprar todo lo que queremos. Una buena práctica es elaborar un planning de la economía familiar, que para empezar incluya conceptos muy básicos y a pequeña escala y a medida que vayan creciendo incluir conceptos más difíciles.
  • Dar cierto dinero mensual, pero siempre explicando a los niños que deben administrarlo y no gastarlo todo en un día, porque entonces no tendrán más el resto del mes. La idea es que este dinero venga con ciertas responsabilidades. Que aprendan a determinar sus prioridades, ahorrar para un futuro capricho…

Cuanto más se invierta ahora en la educación financiera, mejor. El objetivo es claro: que todo el mundo, independientemente de su generación, tenga cada vez una conciencia mayor sobre la importancia del ahorro, de la gestión de los presupuestos domésticos, de la importancia de entender los productos financieros que contratamos, así, cada generación afrontará de manera natural el ahorro como una herramienta básica para el bienestar.