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El sujeto pasivo es un término muy habitual en los textos fiscales. De hecho, está presenta en prácticamente todos los impuestos que conoces, desde el IVA hasta el IRPF. Incluso aparece en los modelos que solo tienen carácter informativo para la Agencia Tributara (AEAT).
Saber quién es en cada caso y la diferencia con el concepto de contribuyente puede ahorrarte disgustos si, por ejemplo, creías que estabas exento de pagar un determinado impuesto, pero no era así.
Qué es el sujeto pasivo
El sujeto pasivo es el obligado tributario. En otras palabras, la persona física o jurídica sobre el recae la obligación fiscal de pagar el impuesto, de presentar el modelo informativo que corresponda, como el modelo 720, o, como en el caso de los autónomos, de llevar la contabilidad de su actividad económica.
Es decir, el sujeto pasivo de un impuesto es quien que tiene la obligación frente a Hacienda o la administración que lo gestione.
¿Cuál es la diferencia entre sujeto pasivo y contribuyente?
El contribuyente y el sujeto pasivo de un impuesto suelen coincidir, como ocurre en el IRPF, pero no siempre tienen por qué hacerlo.
Recuerda que el sujeto pasivo es el que tiene la obligación de presentar el tributo, de abonar a Hacienda una cantidad concreta. Sin embargo, eso no quiere decir que sea quien efectivamente contribuye.
En ocasiones concretas puede tratarse de personas diferentes. Con el siguiente ejemplo lo entenderás mejor.
Piensa en el IVA, donde el sujeto pasivo del impuesto es siempre la empresa, independientemente del lugar de la cadena en la que se encuentre. Y es que, la compañía es la que debe abonar a Hacienda e IVA (lo recauda por ellos en realidad) y quien debe rellenar os modelos 303 y el modelo anual 390.
Sin embargo, la empresa no es el contribuyente en el IVA. Ese papel recae sobre el consumidor final, que es quien efectivamente paga el IVA, quien contribuye. Como ya hemos indicado, la empresa actúa aquí como una recaudadora del IVA para el Estado. A cambio podrá desgravar ciertos gastos a cuenta del impuesto.
Algo parecido ocurre con las retenciones a cuenta de IRPF de las nóminas. La empresa es el sujeto pasivo, quien debe presentar el modelo 111 a Hacienda e ingresar la cantidad que corresponda.
¿Y el contribuyente? De nuevo será quien efectivamente abona el dinero, que no es otro que el trabajador. No en vano, las retenciones de IRPF salen de su salario.
Sujeto pasivo en el IRPF
Aunque ya lo hemos comentado, conviene recordar quién es el sujeto pasivo en la renta y quien el contribuyente.
En este impuesto, las dos figuras coinciden. El ciudadano es a la vez sujeto pasivo porque debe hacer el IRPF y contribuyente, porque es quien paga.
En este sentido, todo el mundo está obligado a hacer el IRPF con carácter general. Sin embargo, después Hacienda incluye supuestos por los que te puedes librar de tener que presentar la renta.
Sujeto pasivo en el IVA
Por último, recordemos lo que ocurre con el IVA, que es el segundo impuesto más importante del país y donde contribuyente y sujeto pasivo del impuesto no coinciden.
Al abonar el IVA, la empresa actúa siempre como sujeto pasivo. Es sobre quien recae la obligación de recaudar y entregar el IVA a Hacienda de forma trimestral.
No obstante, quien efectivamente abona el IVA es el consumidor final, que es quien actúa como contribuyente.
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