La aportación máxima al plan de pensiones individual fiscalmente deducible en la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) se reduce otra vez en 2022. Concretamente, estos productos de complemento de la jubilación reducen sus ventajas tributarias en 500 euros. Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el próximo ejercicio también contemplan más incentivos fiscales para los planes de pensiones de empresa.

 

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Nuevos límites a las aportaciones

Los Presupuestos Generales del Estado de 2021 ya recogieron un fuerte recorte en el incentivo fiscal a las aportaciones a los planes de pensiones. Concretamente, hasta 2020 el máximo se situaba en los 8.000 euros, y el Gobierno lo recortó en 6.000 euros, quedándose en los 2.000 como máximo.

Para 2022, el recorte será de unos 500 euros adicionales, lo que situará la aportación máxima fiscalmente deducible en los 1.500 euros anuales. Por lo tanto, el ajuste acumulado en los últimos dos años habrá sido de 6.500 euros. En cuanto a las aportaciones en favor de personas con discapacidad, el máximo se mantiene en los 24.250 euros anuales, y también se mantiene la obligatoriedad de que el partícipe discapacitado se adhiera expresamente a ese régimen.

Mejora de los planes de pensiones de empresa

A diferencia de las aportaciones a planes de pensiones individuales, las realizadas a planes de pensiones de empresa con beneficios fiscales suben en 500 euros. Concretamente, pasan de 8.000 a 8.500 euros en 2022, mientras que la aportación conjunta (individuales y empresa) se mantiene en 10.000 euros anuales. La suma de las dos modalidades (corporativo e individual) es una de las herramientas fiscalmente más atractivas para complementar nuestro retiro.

Gran fondo público

El Ejecutivo, en paralelo a estas modificaciones de las ventajas fiscales de las aportaciones a planes de pensiones privados, prepara también la creación de un gran fondo público para un plan colectivo de pensiones. El Ejecutivo quiere reforzar así la previsión social complementaria con condiciones económicas mejores que las que ofrecen los planes de pensiones privados e individuales.

Según los planteamientos iniciales, serán los propios trabajadores los que decidan de forma voluntaria adherirse a este complemento para la pensión de jubilación. Estos fondos públicos de pensiones serán gestionados de forma privada, con una Comisión de Control Especial que vigilará la gestión y evolución de los mismos.

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Borja Carrascosa Nogales,

Consultor y MBA por IE Business School

Colaborador MAPFRE