El cambio de tipo variable a fijo es posible. Lo primero que debes hacer si quieres valorar el cambio es informar a la entidad que te indicará cuáles son las opciones. Se trata de una modificación que debe pactarse por ambas partes para que se haga efectiva.

Hay 3 formas de realizar el cambio, todas son igualmente válidas, pero tienen condiciones y costes diferentes.

  1. Novación, cambio en las condiciones de tu hipoteca en la misma entidad financiera, esta es el procedimiento más común.
  2. Subrogación, se cambia el préstamo a otra entidad financiera.
  3. Cancelación, primero hay que liquidar la hipoteca variable en la entidad financiera donde está y abrir una nueva, en este caso fija, en otro banco.

En todos los casos se deja de pagar una cuota variable, que fluctúa en función de la cotización del euríbor, y se empieza a pagar una mensualidad fija que ofrece estabilidad durante toda la vida del préstamo.

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Cambio de tipo de hipoteca por novación

El préstamo queda en la misma entidad financiera y se pactan las modificaciones entre las partes, en este caso pasar al variable fijo. La variación debe plasmarse en las escrituras, es necesario una nueva, lo que implica gastos administrativos.

Por lo general es el cliente quien pide este cambio de condiciones, pero en ocasiones puede ser la propia entidad financiera quien proponga este cambio para evitar que el cliente se vaya a otro banco. Eso sí, siempre tiene que haber un acuerdo entre el cliente y la entidad bancaria para que la novación se produzca.

Gastos derivados de una novación

Si te pasas al tipo fijo con una novación tendrás que pagar los siguientes gastos:

  • La tasación de tu vivienda: cuesta entre 300 – 400 euros de media.
  • La comisión por pasar la hipoteca variable al tipo fijo: no supera el 1 por ciento del capital pendiente. No obstante, el tema de gastos se incluye en la Ley hipotecaria por lo que es importante que consultes este punto en el momento de hacer el trámite. Esto mismo aplica si has decidido rehipotecar tu casa.

Cambio de tipo de hipoteca por subrogación

Cuando la entidad bancaria no está dispuesta a facilitar el cambio que el titular pretende o no lo hace en unas condiciones óptimas para el interesado, existe la posibilidad de trasladar tu crédito hipotecario a otro banco que acepte pasar su interés del variable al fijo, previa solicitud del informe CIRBE.

Gastos derivados de una subrogación

  • Al igual que en una novación, hay que pagar los gastos de la tasación de tu vivienda.
  • La comisión por subrogación que puede cobrar el banco del que se traslada la hipoteca.
  • Además, por lo general, una comisión de apertura (siempre que la hubiera en la hipoteca firmada con el nuevo banco). También hay gastos de notaría, registro y gestoría, que corren a cuenta de la entidad financiera donde se firme el nuevo préstamo.

Cancelación

En este caso, lo primero que hay que hacer es cancelar la hipoteca que ya hay contratada, para ello hay que realizar y pagar todos los trámites de cancelación y formalización de un préstamo. Y lo segundo es buscar qué banco te ofrece una hipoteca con un interés fijo que te interese.

Una vez hecho esto, hay dos opciones, una es mostrar a tu banco la oferta que te ofrece la otra entidad para ver si te proponen una novación que se ajusta a tus intereses. O directamente acudir al notario para firmar las escrituras de la cancelación y del nuevo préstamo hipotecario. A partir de ese momento, el cambio de entidad a través de la cancelación quedará formalizado.

Gastos derivados de una cancelación

  • La tasación de tu vivienda, esto es común en todos los casos.
  • La comisión de apertura de la nueva hipoteca: la mayoría de los bancos ya no la cobran. Si te la quieren aplicar, intenta negociar para que no la incluyan en el contrato.
  • Los gastos de cancelación registral del préstamo que vayas a liquidar: cuestan unos 1.000 euros de media.
  • La comisión por amortización anticipada del préstamo que cancelas: cuesta entre el 0% y el 1% sobre su importe pendiente, dependiendo de lo que se indique en el contrato.

Si quieres cambiar tu hipoteca de variable a fija, lo mejor es que analices todas las opciones. Es decir, hablar con tu banco, pedir ofertas de subrogación a otras entidades, incluso solicitar una nueva hipoteca a otras financieras. Con toda la información, es el momento de hacer números y ver qué opción te compensa más.

Para que los cambios de tipos de interés no te den un susto en el futuro, lo mejor es contratar un Plan de Pensiones MAPFRE y de este modo no perder poder adquisitivo el día que llegue tu jubilación.