El sistema francés de amortización es el más común en España, permite un pago constante de cuotas durante la vida del préstamo hipotecario por lo que ofrece cierta tranquilidad y control contable en los gastos de titular. Si es el que rige tu hipoteca, te interesa saber cómo funciona y cómo te afecta.

¿Para qué sirve el sistema de amortización en una hipoteca?

Los sistemas de amortización hipotecarios determinan la estructura de los pagos de cuota mensual que hace el titular de una hipoteca. ¿Qué significa? Cada mes cuando pagas la hipoteca de tu casa, por ejemplo, pagas una total, pero esta cantidad está compuesta de dos conceptos: capital e interés.

  • Capital de amortización mensual: es la parte que pagas del dinero total que el banco te ha prestado y que debes saldar a lo largo de los años previstos para la hipoteca.
  • Interés en las cuotas mensuales: la entidad financiera te deja una cantidad de dinero y a cambio te cobra un porcentaje de interés, cada mes pagas parte de ese interés al banco.

¿Cómo funciona al sistema de amortización francés?

    La principal característica del sistema de amortización francés es que garantiza al titular cuotas constantes y equilibradas con lo que es más fácil la contabilidad doméstica, cuando hay que pagar una cuota de hipoteca cada mes. Te permite planear gastos en función de tus ingresos y contratar otros productos de ahorro adicional.

    El sistema de amortización tiene una compleja fórmula que aplican los bancos para determinar las cuotas a pagar. Tiene en cuenta tres factores en cada hipoteca.

    • Capital prestado.
    • Tipo de interés.
    • Duración del préstamo.

    Con el sistema francés de amortización la cuota es más constante y equilibrada durante toda la vida del préstamo, pero el porcentaje que se paga de intereses y capital va cambiando en proporción invertida.

    • Los primeros años del préstamo: el titular paga un alto porcentaje de intereses y sin embargo, amortiza una cantidad baja del capital pendiente.
    • Últimos años del préstamo: el titular paga mucho capital y pocos intereses.

    ¿Siempre pagas lo mismo con el sistema de amortización francés?

    Es importante no confundir conceptos al firmar una hipoteca. Una hipoteca variable con sistema de amortización francés no es lo mismo que una hipoteca de interés fijo.

    • Hipoteca a tipos fijo: se aplica el mismo interés al capital por amortizar y durante todos los años previstos el titular se asegura el pago exacto de la misma cantidad.
    • Hipoteca de interés variable con sistema de amortización francés: la cuota mensual es constante y equilibrada, pero no idéntica. Los préstamos a tipo variable revisan cuotas cada seis o doce meses y se ajustan al índice de referencia previsto, habitualmente el Euribor.

    El sistema de amortización francés procura pagos equilibrados, pero varían normalmente una vez al año su cuota que se calcula para los siguientes doces meses, cuando el préstamo revisa su tipo de interés de acuerdo con la evolución del mercado.

    ¿Por qué interesa el sistema de amortización francés?

    Aunque el sistema de amortización francés es el más conocido en España no es el único. Hay otros como el alemán con otras características o condiciones. Sin embargo, el francés se valora positivamente por 3 ventajas sobre otras fórmulas para calcular cuotas hipotecarias.

    1. El titular de la hipoteca se asegura pagos iguales por doce –o 6-  meses y revisiones puntuales.
    2. Es especialmente interesante si vas a hacer amortizaciones de capital parciales durante los primeros años de la hipoteca.
    3. Durante los primeros años de préstamo, el titular prácticamente no salda nada de deuda sobre el capital prestado, pero al final, se da justo la situación contraria: se pagan menos intereses, pero más capital.

    El sistema de amortización determina, por tanto, qué cantidad de intereses y de capital pagas en cada momento de la vida de tu préstamo hipotecario. En el caso del francés la ecuación favorece una cuota final constante, pero porcentajes diferentes para cada concepto, según pasan los años: primero, pagas la mayoría de los intereses de tu crédito y al final, el grueso del capital solicitado.