El año 2023 no ha sido especialmente propicio para los mercados emergentes, principalmente por la debilidad económica de China, que podría remontar este año. ¿Qué podemos esperar para los mercados emergentes en 2024? ¿Serán una buena oportunidad de inversión?

Diferentes casas de análisis y gestoras estiman que habrá oportunidades de inversión en emergentes tanto para la renta variable como la renta fija. Dentro de un entorno de crecimiento global, Amundi estima que el PIB Global crecerá un 2,5% en 2024, pero solo un 0,7% en los mercados desarrollados por el 3,6% de los mercados emergentes.

Desde Lazard Fund Managers coinciden en que la renta variable emergente ofrece una valoración atractiva y previsiones de crecimiento superiores a las de los países emergentes. La traducción es que puede ser una oportunidad de inversión.

El hándicap con los mercados emergentes es que están muy segmentados y que existen enormes diferencias entre países y áreas geográficas. No en vano, si nos limitamos a los componentes del índice MSCI Emerging Markets, incluye 24 países: Brasil, Chile, China, Colombia, República Checa, Egipto, Grecia, Hungría, India, Indonesia, Corea, Kuwait, Malasia, México, Perú, Filipinas, Polonia, Qatar, Arabia Saudita, Sudáfrica, Taiwán, Tailandia, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos.

Desde Schroders apuntan a tres ejes o tendencias clave: la descarbonización, la desglobalización y la demografía.

Asia, foco de la descarbonización y la desglobalización

Asia es el principal motor de las economías emergentes y representa el 75% de los activos, con China como principal exponente. El gigante asiático sigue trabajando en cuestiones energéticas, pero los que más se beneficiarán de esta tendencia son Corea del Sur y Taiwán, al estar más expuestos al comercio y a la tecnología. Ambos disponen de empresas sólidas en áreas como las baterías y la tecnología relacionada con la energía limpia.

En ese sentido, Lazard cree que las valoraciones de algunos activos de renta variable están a niveles muy atractivos, cotizando con un descuento que se supone que se irá reduciendo. En términos de desglobalización, la México, Europa Central y ASEAN se beneficiarán de la diversificación de las cadenas de suministro.

Demografía, la baza de India

India se presenta como la economía que más crecerá en 2024. La proyección es que lo haga por encima del 10%, según una encuesta de Reuters. A su favor juegan el crecimiento demográfico, que asegura mano de obra abundante y a bajos costes. El país también está trabajando en mejorar sus infraestructuras, uno de sus puntos débiles, y en impulsar el comercio interno.

A esto se suma el impulso a la digitalización, más allá del mundo empresarial, donde India pasa por ser una de las economías digitales más avanzadas.
Todo este crecimiento también se traducirá en un aumento de la demanda de energía que hará crecer ese sector.

China, con una velocidad menos

China afronta 2024 con más dudas que certezas y en pleno proceso de desaceleración económica. La reapertura de fronteras a finales de 2023 impulsó la actividad económica, aunque habrá que ver cómo evoluciona en 2024.

Desde Schroders estiman que el país debe hacer una transición para dejar atrás su modelo de crecimiento basado en la inversión y afrontar el exceso de oferta en el sector inmobiliario.
Además, China afronta un cambio de paradigma con el ascenso de la clase media, que puede derivar en una pérdida de competitividad como país productor de bienes de gama baja por el aumento de los costes laborales. No se trata de una transformación que vaya a producirse de la noche a la mañana, pero sí de un camino que debe empezar a recorrer para ganar posiciones en la cadena de valor.

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Optimismo con la renta fija

La deuda de los países emergentes también verá la luz en 2024. El fin de la subida de tipos por parte de la Fed puede suponer una oportunidad de compra de bonos de mercados emergentes. Los bancos centrales de los países emergentes fueron muy proactivos en subir los tipos en 2021 y eso se ha traducido en una desinflación, que puede ser una buena noticia para sus economías e inversores. En este entorno, muchos países emergentes tienen más margen y flexibilidad para proteger sus economías mediante recortes de tipos, lo que debería ayudar a mejorar sus datos económicos.

En este sentido, desde Jupiter AM destacan la deuda corporativa, sobre todo en sectores con exposición a crecimiento como las telecomunicaciones, servicios públicos y bancos.

Los riesgos geopolíticos, en el horizonte

Por último, los gestores no se olvidan de los riesgos geopolíticos, que persisten y podrían cambiar el escenario actual, especialmente las tensiones entre Estados Unidos y China. Por ahora, los bonos de los mercados emergentes no se han visto influidos por el conflicto en Oriente Próximo ni por la guerra entre Rusia y Ucrania.
También habrá que ver cómo evolucionan ambos conflictos y el devenir de un año de elecciones no sólo en Estados Unidos.

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